Los poderes de Odín

El dios Odín, señor de la ciudad de Asaheim en Asgard, el reino de los dioses, podía cambiar de forma a su voluntad. Quedaba su cuerpo dormido y, en forma de animal, viajaba a países lejanos para atender sus asuntos o los de otros hombres. Lograba con sus palabras apagar el fuego, calmar el mar y dirigir los vientos en la dirección que deseara. Era dueño además del barco Skidbladnir, con el cual recorría los mares, y que podía ser enrollado como si se tratara de un pañuelo. 

Odín tenía consigo la cabeza del sabio Mimir, que le daba noticias de los otros mundos. Tenía además dos cuervos a los que había enseñado a hablar. Éstos volaban a lo ancho de la tierra y le contaban también muchas novedades. Por ello, Odín era extraordinariamente sabio. A veces, el dios levantaba a los muertos de la tierra y dominaba a los ahorcados, y era llamado por ello Señor de los Espectros o Señor de los Ahorcados. 

Odín, el caminante. Georg von Rosen, 1886.

Todas estas habilidades las enseñaba con encantamientos de runas, pues los Ases son llamados forjadores de encantos. En efecto, Odín practicaba la magia y por ello poseía un gran poder. Mediante sus conjuros, conocía el destino de los hombres y el futuro y era capaz de causar la muerte, la desgracia y el sufrimiento, así como de quitar la razón y la fuerza a unos para otorgársela a otros. 

Aunque Odín superaba en poder a todos los sacerdotes, los hombres también podían practicar sus artes. Sin embargo, si las cultivaban les acompañaba entonces un gran afeminamiento, y por ello sólo las sacerdotisas podían practicar magia. Odín también conocía todos los tesoros ocultos enterrados en la tierra y todos los conjuros que hacían que la tierra, las montañas y las rocas se abrieran a su voluntad, y podía encadenar con sus solas palabras a los que habitaban allí para entrar dentro y tomar cuanto deseaba. 


Fuentes:
STURLUSON, S. (2013). Saga de los Ynglingos. Ibáñez, S. (Ed.). Miraguano. 


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viernes, 2 de mayo de 2014

Los poderes de Odín

El dios Odín, señor de la ciudad de Asaheim en Asgard, el reino de los dioses, podía cambiar de forma a su voluntad. Quedaba su cuerpo dormido y, en forma de animal, viajaba a países lejanos para atender sus asuntos o los de otros hombres. Lograba con sus palabras apagar el fuego, calmar el mar y dirigir los vientos en la dirección que deseara. Era dueño además del barco Skidbladnir, con el cual recorría los mares, y que podía ser enrollado como si se tratara de un pañuelo. 

Odín tenía consigo la cabeza del sabio Mimir, que le daba noticias de los otros mundos. Tenía además dos cuervos a los que había enseñado a hablar. Éstos volaban a lo ancho de la tierra y le contaban también muchas novedades. Por ello, Odín era extraordinariamente sabio. A veces, el dios levantaba a los muertos de la tierra y dominaba a los ahorcados, y era llamado por ello Señor de los Espectros o Señor de los Ahorcados. 

Odín, el caminante. Georg von Rosen, 1886.

Todas estas habilidades las enseñaba con encantamientos de runas, pues los Ases son llamados forjadores de encantos. En efecto, Odín practicaba la magia y por ello poseía un gran poder. Mediante sus conjuros, conocía el destino de los hombres y el futuro y era capaz de causar la muerte, la desgracia y el sufrimiento, así como de quitar la razón y la fuerza a unos para otorgársela a otros. 

Aunque Odín superaba en poder a todos los sacerdotes, los hombres también podían practicar sus artes. Sin embargo, si las cultivaban les acompañaba entonces un gran afeminamiento, y por ello sólo las sacerdotisas podían practicar magia. Odín también conocía todos los tesoros ocultos enterrados en la tierra y todos los conjuros que hacían que la tierra, las montañas y las rocas se abrieran a su voluntad, y podía encadenar con sus solas palabras a los que habitaban allí para entrar dentro y tomar cuanto deseaba. 


Fuentes:
STURLUSON, S. (2013). Saga de los Ynglingos. Ibáñez, S. (Ed.). Miraguano. 


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