Solón, miembro de los Siete Sabios y abuelo de Critias, escuchó de boca de los egipcios que las inscripciones de la ciudad de Sais, en el delta del Nilo, hablaban del origen y hundimiento de la legendaria isla de la Atlántida. Según las crónicas de los egipcios, cuando, al principio, los dioses se repartieron las
distintas partes del mundo, Poseidón recibió la isla de la Atlántida. La isla,
situada más allá de las Columnas de Hércules, era mayor que Libia y Asia
juntas, y a través de ella se podía acceder a otras islas, desde las
cuales se podía acceder a su vez a otro continente.
Representación moderna de la Atlántida a imagen de
una antigua ciudad griega. La vela del barco muestra el
símbolo encontrado en el yacimiento tartésico de Cancho
Roano, que ha llegado a ser relacionado con la Atlántida
símbolo encontrado en el yacimiento tartésico de Cancho
Roano, que ha llegado a ser relacionado con la Atlántida
debido a su parecido con los anillos del continente perdido.
También se ha relacionado la Atlántida con el yacimiento
de Marroquíes Bajos en la ciudad de Jaén.
También se ha relacionado la Atlántida con el yacimiento
de Marroquíes Bajos en la ciudad de Jaén.
Hacia el mar, justo en el
medio de la Atlántida, existía la más bella de todas las llanuras, con una
montaña de poca altura situada en el medio. El dios de los mares dejó aislada la colina haciendo
círculos alternos de agua y tierra a su alrededor: dos anillos de tierra y tres
de mar. Una de las fuentes que manaban de su subsuelo tenía agua caliente, mientras que en la otra fluía
agua fría.
Con una mujer mortal, Poseidón engendró cinco generaciones de
gemelos en la Atlántida. Éstos gobernarían las diez regiones de la isla, que recibiría su nombre del mayor de sus gobernantes, el rey
Atlas. Gadiro, que reinaba cerca de las Columnas de Hércules, dio su nombre a
la cercana región de Gadírica, situada frente a la península ibérica.
Bajo la
tutela de Poseidón, los atlantes pronto desarrollaron una próspera civilización
y poseyeron más riquezas que ningún otro pueblo. En la Atlántida era abundante
el oricalco, un preciado mineral únicamente superado en valor por el oro. También
era muy numerosa en la isla la especie de los elefantes.
Los habitantes de la
Atlántida construyeron su palacio real en la colina rodeada por los anillos de
agua. Tendieron numerosos puentes sobre los tres círculos de mar haciendo
caminos que comunicaban la parte de fuera y la residencia real. A continuación,
excavaron un canal desde el mar hasta el anillo exterior y construyeron allí un
puerto. También abrieron un canal a través de los círculos de tierra, uniendo
así las aguas de los anillos con las del mar exterior.
Representación de una ciudad asomada al mar en un
fresco del segundo siglo antes de Cristo hallado en Santorini.
El archipiélago de Santorini ha sido relacionado también
con la civilización minoica debido al cataclismo que sumergió
su isla central en el mar durante la Edad del Bronce.
Los atlantes rodearon la
isla central con enormes murallas, torres y puertas, construidas con piedra
blanca, negra y roja. También revistieron las murallas de los anillos de tierra
con bronce, casiterita y oricalco, que resplandecía como el fuego. En la
acrópolis, en el palacio real, levantaron templos, estatuas y altares de
marfil, plata, oro y oricalco en honor al dios Poseidón. También había en la
acrópolis un enorme hipódromo. En los anillos que rodeaban la residencia real,
construyeron asimismo templos consagrados a distintos dioses y numerosos
gimnasios.
A lo largo de muchas generaciones, los atlantes conservaron
la naturaleza divina de Poseidón. Fueron justos y fuertes, no se dejaron torcer
por la avaricia y albergaron pensamientos verdaderos y elevados. Después, sin
embargo, desapareció en ellos la parte del dios, pues se había mezclado mucho
con la del hombre. Les dominó entonces el temperamento humano y se volvieron
vulgares, aunque se creían aún enormemente bellos debido a su gran arrogancia.
Nueve mil años antes de la época de Platón, la Atlántida
llegó a controlar toda Europa hasta Italia y el norte de África hasta Egipto. Toda
esta potencia, tras concentrarse en una sola, intentó conquistar las tierras de
Grecia y esclavizar a sus habitantes. Sin embargo, la ciudad de Atenas se alzó
contra el ejército atlante y, liderando a las ciudades vecinas, resistió su
invasión. A continuación, los atenienses combatieron a los atlantes e
impidieron que los pueblos que aún quedaban en libertad fueran esclavizados.
Las olas de un tsunami destruyen las costas de Creta.
Ilustración de Roger Payne. El colapso de la civilización
minoica, quizás por la erupción de Santorini, y la subsiguiente
invasión micénica de la isla han sido relacionados
también con el hundimiento de la Atlántida.
Los atenienses liberaron finalmente a todos los pueblos del interior de las
Columnas de Hércules, expulsando a los atlantes de regreso a su isla. En el tiempo
siguiente, sobrevinieron un violento seísmo y un cataclismo. Durante un día y
una noche terribles, la isla de la Atlántida se hundió bajo las aguas del mar,
quizás por designio de Zeus, el rey de los dioses, a quien irritaba el orgullo desmedido de los atlantes. También se hundió bajo la tierra la casta
guerrera de los atenienses que combatieron contra la Atlántida, antepasados de
los griegos.
Fuentes:
Platón, Timeo y Critias.
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Para leer una extraña crónica histórica acerca del pueblo de los atlantes, pincha aquí.
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