Al principio existía el Caos, un enorme vacío donde aún no existía nada (1). Del Caos nacieron Nicte y Erebo, la noche y la oscuridad, quienes engendraron a su vez a Hemera y Éter, el día y la luz. Más tarde nació Gea, la propia tierra, dotada de vida e inteligencia.
La diosa Tierra en el Altar de la Paz en Roma.
Aunque, en la mitología, la diosa Gea era el propio
planeta Tierra, siempre ha sido representada
con aspecto humano.
Gea dio a luz a Urano, el cielo, para que la rodeara en toda su extensión. Al igual que los dioses primordiales que lo precedieron, Urano no tenía forma humana sino que era la propia bóveda celeste, hecha de brillante bronce. Gea engendró también a Ponto, el mar, y a las montañas. Finalmente, del abrazo de Gea y Urano nacieron los primeros seres con aspecto humano: cíclopes, gigantes de cien brazos y titanes (2). No obstante, ninguno de estos seres podía abandonar el vientre de la tierra, pues, haciendo el amor a Gea, Urano no se apartaba jamás de ella.
Indignada por el comportamiento de su esposo, Gea produjo una enorme hoz dentada de acero en su interior. Tras entregársela al astuto Cronos, el más valiente de los titanes, la Tierra le ordenó utilizarla para herir a Urano. Así pues, Cronos se enfrentó a su propio padre y, valiéndose de la hoz de Gea, le cortó los genitales y los arrojó lejos de él. El cielo se se retiró entonces a las alturas, y los titanes, gigantes de cien brazos y cíclopes pudieron salir al exterior. Temiendo una rebelión, sin embargo, Cronos encadenó a los cíclopes y los gigantes en el Tártaro, el abismo más oscuro del interior de la Tierra, aprisionándolos de nuevo en el vientre de Gea.
Indignada por el comportamiento de su esposo, Gea produjo una enorme hoz dentada de acero en su interior. Tras entregársela al astuto Cronos, el más valiente de los titanes, la Tierra le ordenó utilizarla para herir a Urano. Así pues, Cronos se enfrentó a su propio padre y, valiéndose de la hoz de Gea, le cortó los genitales y los arrojó lejos de él. El cielo se se retiró entonces a las alturas, y los titanes, gigantes de cien brazos y cíclopes pudieron salir al exterior. Temiendo una rebelión, sin embargo, Cronos encadenó a los cíclopes y los gigantes en el Tártaro, el abismo más oscuro del interior de la Tierra, aprisionándolos de nuevo en el vientre de Gea.
Una vez libres, liderados por Cronos, los titanes dieron forma al universo, pues de ellos nacieron el sol, la luna y la aurora (Helios, Selene y Eos), los ríos, las estrellas y los vientos. También crearon a los animales y a la primera de las cinco razas de hombres que han poblado la Tierra desde el principio de los tiempos.
Junto con su esposa, la titánide Rea, Cronos reinó sobre todos los seres vivos, mortales e inmortales, desde su palacio en lo alto del monte Otris. Sin embargo, sentía temor hacia su propia descendencia, ya que Gea y Urano le habían profetizado que perdería su poder a manos de sus hijos. Así pues, Cronos los devoró a medida que nacían. En primer lugar, se tragó a la diosa Hestia. Después, a Deméter y a Hera. Y, a continuación, a Hades y Poseidón.
Irritada por las acciones de su esposo, la diosa Rea se retiró a la isla de Creta cuando se encontraba embarazada de Zeus y, tras dar a luz, ocultó allí al bebé, que fue amamantado por la cabra Amaltea. Entonces, para salvar a su hijo, Rea entregó a Cronos una piedra envuelta en pañales. El rey de los titanes no descubrió el engaño, y Zeus creció alejado de los demás dioses hasta que, ya adulto, tomó a la ninfa marina Metis como pareja.
Decidido a liberar a sus hermanos del vientre de Cronos, Zeus se infiltró en el palacio de Cronos disfrazado de copero y le sirvió un bebedizo preparado por Metis. Tan pronto como Cronos lo tragó, vomitó a sus hijos. Junto a ellos, Zeus inició una cruenta guerra contra su padre y los demás titanes como venganza por sus acciones.
Tras diez años de interminables combates, Gea reveló a Zeus que sólo podría obtener la victoria si lograba tener por aliados a los cíclopes y gigantes de cien brazos. Así pues, Zeus descendió al inframundo y, tras dar muerte a Campe, su monstruoso guardián, los liberó. En agradecimiento, los cíclopes dieron a Zeus el trueno, el relámpago y el rayo; a Hades el yelmo y a Poseidón el tridente. Armados así, los dioses se enfrentaron de nuevo a los titanes. Lanzando sus rayos, Zeus provocó un ensordecedor estruendo, arrasó bosques enteros e hizo hervir el agua de los mares, produciendo una negra humareda que oscureció el cielo. Finalmente, los dioses derrotaron a los titanes y los encerraron en el Tártaro, donde habrían de ser custodiados por los gigantes de cien brazos por toda la eternidad.
Los dioses se asentaron entonces en las numerosas cumbres nevadas del monte Olimpo y se repartieron las distintas regiones del mundo. Poseidón recibió poder sobre las aguas de los mares y sus criaturas. Hades recibió el lóbrego inframundo y el dominio sobre las almas de los muertos. Y Zeus, por haber conducido a sus hermanos a la victoria, se alzó como nuevo señor del cielo y la tierra, gobernando los caminos de los astros, la lluvia y las tormentas.
Notas:
(1) En la actualidad, la palabra "caos" ha adoptado el significado de desorden o confusión, aunque en origen significaba aire o, simplemente, vacío.
(2) Aunque en la actualidad los titanes han sido representados como seres monstruosos y gigantescos, en la mitología griega eran divinidades de la misma naturaleza que Zeus y los demás dioses olímpicos, los cuales , aunque podían adoptar estaturas enormes y distintas formas, tenían atributos humanos.
(3) Zeus es imaginado hoy en día como un anciano de cabello blanco. Sin embargo, en la Antigüedad, como máximo exponente de la fuerza y del poder, Zeus era representado como un rey de mediana edad, fuerte y de cabello oscuro.
Fuentes:
Hesíodo. Teogonía, Trabajos y días.
Platón. Protágoras.
Pseudo-Apolodoro. Biblioteca mitológica.
Junto con su esposa, la titánide Rea, Cronos reinó sobre todos los seres vivos, mortales e inmortales, desde su palacio en lo alto del monte Otris. Sin embargo, sentía temor hacia su propia descendencia, ya que Gea y Urano le habían profetizado que perdería su poder a manos de sus hijos. Así pues, Cronos los devoró a medida que nacían. En primer lugar, se tragó a la diosa Hestia. Después, a Deméter y a Hera. Y, a continuación, a Hades y Poseidón.
Irritada por las acciones de su esposo, la diosa Rea se retiró a la isla de Creta cuando se encontraba embarazada de Zeus y, tras dar a luz, ocultó allí al bebé, que fue amamantado por la cabra Amaltea. Entonces, para salvar a su hijo, Rea entregó a Cronos una piedra envuelta en pañales. El rey de los titanes no descubrió el engaño, y Zeus creció alejado de los demás dioses hasta que, ya adulto, tomó a la ninfa marina Metis como pareja.
Decidido a liberar a sus hermanos del vientre de Cronos, Zeus se infiltró en el palacio de Cronos disfrazado de copero y le sirvió un bebedizo preparado por Metis. Tan pronto como Cronos lo tragó, vomitó a sus hijos. Junto a ellos, Zeus inició una cruenta guerra contra su padre y los demás titanes como venganza por sus acciones.
Tras diez años de interminables combates, Gea reveló a Zeus que sólo podría obtener la victoria si lograba tener por aliados a los cíclopes y gigantes de cien brazos. Así pues, Zeus descendió al inframundo y, tras dar muerte a Campe, su monstruoso guardián, los liberó. En agradecimiento, los cíclopes dieron a Zeus el trueno, el relámpago y el rayo; a Hades el yelmo y a Poseidón el tridente. Armados así, los dioses se enfrentaron de nuevo a los titanes. Lanzando sus rayos, Zeus provocó un ensordecedor estruendo, arrasó bosques enteros e hizo hervir el agua de los mares, produciendo una negra humareda que oscureció el cielo. Finalmente, los dioses derrotaron a los titanes y los encerraron en el Tártaro, donde habrían de ser custodiados por los gigantes de cien brazos por toda la eternidad.
Los dioses se asentaron entonces en las numerosas cumbres nevadas del monte Olimpo y se repartieron las distintas regiones del mundo. Poseidón recibió poder sobre las aguas de los mares y sus criaturas. Hades recibió el lóbrego inframundo y el dominio sobre las almas de los muertos. Y Zeus, por haber conducido a sus hermanos a la victoria, se alzó como nuevo señor del cielo y la tierra, gobernando los caminos de los astros, la lluvia y las tormentas.
Zeus armado con el rayo en un vaso ático
del siglo V a.C. (3)
Notas:
(1) En la actualidad, la palabra "caos" ha adoptado el significado de desorden o confusión, aunque en origen significaba aire o, simplemente, vacío.
(2) Aunque en la actualidad los titanes han sido representados como seres monstruosos y gigantescos, en la mitología griega eran divinidades de la misma naturaleza que Zeus y los demás dioses olímpicos, los cuales , aunque podían adoptar estaturas enormes y distintas formas, tenían atributos humanos.
(3) Zeus es imaginado hoy en día como un anciano de cabello blanco. Sin embargo, en la Antigüedad, como máximo exponente de la fuerza y del poder, Zeus era representado como un rey de mediana edad, fuerte y de cabello oscuro.
Fuentes:
Hesíodo. Teogonía, Trabajos y días.
Platón. Protágoras.
Pseudo-Apolodoro. Biblioteca mitológica.
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